El cerebro humano es creativo
- Lic. Prof. Pablo Cazau
- 15 may 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 feb 2024

¿Cuántas configuraciones diferentes podemos ver en la figura? Según Fox Dunn (en “Second book of Mathematical Bafflers”), existen al menos tres alternativas: 1) un cubito en la esquina de una habitación; 2) un cubo, visto desde arriba, al que le fue “mordido” un cubito; y 3) un cubito externo a un cubo. Esta prueba mide nuestra capacidad para examinar un problema desde diferentes perspectivas, lo cual a su vez es un indicador de creatividad.
Frente a un problema, muchas personas eligen la primera solución que se les ocurre, sin intentar examinar otras posibles soluciones entre las cuales podría estar la mejor. Cierta vez les planteé a mis hijos lo siguiente: “Ustedes van manejando un auto por una ruta de noche en medio de una tormenta feroz. Al costado del camino encuentran tres personas: su amor imposible, el amigo que una vez le salvó la vida, y una anciana en peligro de muerte que requiere cuidados urgentes. Si en el auto cabe solamente una persona más, ¿a quién llevarían?”.
Inmediatamente recibí respuestas del tipo “Con mi amor imposible, y la vieja que se joda”, y cuando todos dieron su opinión, volví a preguntarles: “¿Hay una solución mejor?” Indudablemente que sí: sólo basta con explotar esa parte dormida de nuestro cerebro que se llama creatividad.
Así, otra respuesta posible podría haber sido: “Le pido a mi amigo que lleve la anciana al hospital y yo me quedo bajo la tormenta con mi amor imposible”.
Mis hijos reconocieron que esa era una mejor solución, momento que aproveché para dejarles una enseñanza: siempre debe optarse por la mejor solución, no por la primera que se nos ocurra. Por ejemplo al casarse, al elegir una carrera, al irse de vacaciones, al mudarse, etcétera. A propósito, cuentan que cuando la NASA comenzó con el lanzamiento de astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no funcionarían con gravedad cero, pues la tinta no bajaría para poder escribir. Solucionar el problema les llevó a los americanos 6 años y 12 millones de dólares. ¿Y qué hicieron los rusos? ¡Utilizaron un lápiz!
Pablo Cazau. Diciembre 2012.
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