Ramas, teorías, niveles y campos de la psicología
- Lic. Prof. Pablo Cazau
- 25 dic 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 23 feb 2024

Para describir el vasto territorio de la psicología con mayor detalle podemos recurrir a cuatro coordenadas: las ‘ramas’ de la psicología, las ‘teorías’ psicológicas, los ‘niveles’ de análisis psicológico y los ‘campos’ de la psicología.
Ramas.- Las ramas de la psicología estudian aspectos particulares o específicos de la mente. La psicología general se centra en el estudio del psiquismo en el ser humano adulto normal. Tal es la referencia habitual en las investigaciones psicológicas. Por ejemplo, cuando se indaga el proceso de la percepción o la dinámica de los grupos, tácita o explícitamente se consideran adultos normales, y cuando algún estudio se aparta de esa referencia, los psicólogos se encargan de aclarar que tal o cual proceso ocurre en los niños, adolescentes o ancianos (a diferencia del adulto), o en los casos patológicos (a diferencia del normal). Surgen así otras ramas como la psicología evolutiva y la psicopatología.
Teorías.- Las teorías son perspectivas, miradas o puntos de vista desde donde se puede investigar, comprender o explicar el psiquismo. Algunos ejemplos son el conductismo, el cognitivismo, el psicoanálisis, la teoría sistémica y las teorías humanistas como las existencialistas o la teoría e Rogers. Algunas teorías son mucho más específicas en el sentido que se centran en determinadas funciones o aspectos del psiquismo, como la teoría piagetiana, centrada en la inteligencia, o la teoría de la gestalt, centrada en la percepción y el aprendizaje. Otras tienden a centrarse en el pasado como el psicoanálisis, en el presente como el conductismo o en el futuro como la psicología existencialista. También pueden clasificarse las teorías según se interesan por la actividad inconciente, como el psicoanálisis, o por la actividad conciente como la teoría de la gestalt.
Hay una diferencia entre teoría y escuela. Las teorías son creaciones de un pensador o un grupo de pensadores, mientras que las escuelas psicológicas son conjuntos de pensadores (creadores y seguidores) que adhieren a una determinada teoría, algunas veces ampliándola o profundizándola. Por ejemplo las escuelas americana, anglosajona o francesa de psicoanálisis.
Niveles.- Son los diferentes planos de abordaje de la mente desde los más específicos a los más generales. Al respecto, uno puede ubicarse en un nivel sub-individual, donde se estudian funciones psíquicas particulares (psicología de la percepción, del aprendizaje, de la memoria o de la inteligencia), en un nivel individual centrada en el sujeto o en la persona considerados unitariamente, en un nivel grupal donde se estudian fenómenos de grupo (una familia, un grupo de trabajo), en un nivel social, donde se abordan fenómenos de interacción entre las personas en el contexto de una sociedad, o en un nivel organizacional, donde el interés estará puesto en una organización como puede serlo una empresa o organismo estatal.
Estos cuatro niveles permiten definir, por ejemplo, a la psicología sub-individual, a la psicología individual, a la psicología de grupos, a la psicología social y a la psicología organizacional o institucional. Sin embargo la psicología, en cualquiera de esos casos, estudia siempre el psiquismo: cómo funciona alguna de sus partes (sub-individual), como funciona en la persona singular (nivel individual), en los grupos (nivel grupal) en las interacciones sociales (nivel social) o en las organizaciones (nivel organizacional).
Campos.- Un campo es un ámbito de trabajo. En un sentido muy general, un psicólogo que inicia su vida laboral puede dedicarse a tres actividades no necesariamente excluyentes: a la investigación, a la docencia o a ejercer la profesión, siendo esta última alternativa la más frecuente. Estos son los tres roles básicos que intervienen en el ciclo del conocimiento científico. Este ciclo comienza con la producción de nuevos conocimientos (investigación), continúa con la comunicación de los mismos al resto de las personas (difusión) y termina con el empleo de tales conocimientos con algún fin práctico (aplicación). El investigador, el docente y el profesional son los tres roles respectivos (Cazau, 1996).
En el caso del ejercicio profesional hay a su vez varios campos típicos: la psicología clínica donde se atienden pacientes, la psicología laboral que se ocupa de selección de personal y otras cuestiones vinculadas al ámbito del trabajo, la psicología centrada en la realización de peritajes y rehabilitaciones entre otras cosas, y la psicología educacional que aborda problemáticas psicológicas en el proceso de enseñar y aprender. Claro está que hay muchos otros campos como la psicología del consumidor, la psicología en la política, la psicología en la economía, la psicología del deporte o la psicología en al arte. La existencia de campos tan diferentes es lo que hace que el quehacer del psicólogo no se circunscriba al estrecho campo de la atención de pacientes en un consultorio.
Típicamente (pero no únicamente) en el campo de la clínica, el psicólogo opera en dos etapas: psicodiagnóstico e intervención. Esto significa que primero diagnostica una situación y luego implementa un plan de intervención para generar el cambio esperado. Dentro del área de intervención, a su vez, podrá actuar a nivel de promoción de la salud y prevención primaria (antes que aparezca el problema), prevención secundaria (solucionando el problema instalado), o prevención terciaria (mejorando la situación cuando el problema no tiene solución, como por ejemplo mediante los cuidados paliativos).
Cualquiera cosa que haga un psicólogo puede ser ubicada simultáneamente en estas cuatro coordenadas. Por ejemplo, si investiga cómo influye el envase en la venta de un producto, podría estar en la rama de la psicología general, en la teoría de la gestalt, en el nivel de la psicología individual y en el campo de la psicología del consumidor.
Hasta ahora hemos recorrido el vasto territorio de la psicología desde un avión volando muy alto. Sin embargo esta visión panorámica no es suficiente porque hace falta recorrerlo con un helicóptero, con un dron, con un automóvil y a pie. Este recorrido es más extenso y detallado y quienes se animan a cumplirlo son, primero el alumno de psicología y luego, una vez recibido, el psicólogo profesional. Ellos pueden creer por momentos que no han dejado rincones sin explorar, pero tal cosa no ocurre: nunca se termina de explorar toda la riqueza y profundidad del saber psicológico, y especialmente aquellas selvas vírgenes donde aún nadie ha incursionado. Todo un desafío.
(Extraido de Cazau Pablo, “El territorio de la psicología”)
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